Cosmética coreana

Una de las últimas tendencias en bellezas es la cosmética llegada de Asia y, especialmente, de Corea. Todo empezó con la fiebre de las BB creams, similares una las hidratantes con color que existían en Occidente, pero con más propiedades: filtro solar y otros tratamientos específicos para la piel.

Últimamente, las tiendas se van llenando de productos "cushion" o en esponja: bases de maquillaje, sombras, delineadores líquidos...

Muchas marcas occidentales (como L'Oreal o Lancôme) se han apuntado a esta tendencia, pero también han llegado marcas desde Corea como TonyMoly a tiendas como Primor o Sephora. En esta entrada voy a comentar uno de estos productos: las máscaras faciales de algodón venidas de Oriente. En este caso, compré dos mascarillas diferentes: una calmante de árbol de té y una nutritiva de aguacate. En concreto, la primera que he probado ha sido las de árbol de té, que es un producto muy bueno para el tratamiento del acné y, dado que desde hace unos meses sufro un brote de acné adulto, decidí probar su eficacia.

La mascarilla viene dentro del sobre y tiene (como se aprecia en la foto) unos agujeros para los ojos, la nariz y la boca. No obstante, es un poco grande, así que hay que encajarla un poco en la cara. Al abrir el sobre, llama la atención que la máscara está completamente empapada de producto, mucho más de lo que esperaba, así que lo mejor es tumbarse y relajarse unos 20 minutos o media hora mientras el producto hace efecto.

La sensación al aplicarla es una frescura inmediata y un efecto muy calmante. Pese a estar tumbada durante la aplicación, la máscara está tan saturada de producto que es aconsejable tener una toalla a mano porque puede escurrir un poco por el cuello.

Resumiendo, es un producto muy bueno, no excesivamente caro (cuesta un euro y medio en Sephora) y resulta muy agradable y calmante para la piel del rostro, por lo que mi primera impresión es que es muy aconsejable como rutina semanal de tratamiento.