No suelo incluir un champú entre mis favoritos, pero hay un motivo para ello. Tengo dermatitis seborreica en el cuero cabelludo que habitualmente no me afecta en absoluto, pero hace algo más de un mes comenzó a irritarse y tenía muchos picores. Probé varios champús y ninguno lo mejoraba e incluso empeoraba el picor. Otros (como el champú de bebé) no lo limpiaban lo suficiente. Hasta que descubrí el Original Remedies délicatesse de avena de Garnier, un champú muy suave y calmante para cueros cabelludos sensibles que, para mí, ha sido un auténtico salvador y, por tanto, lo recomiendo muchísimo.
Para los ojos, estoy usando muchos productos individuales estos últimos meses, más que paletas. En primer lugar, debo destacar las sombras en crema de Nabla, una auténtica maravilla que resiste cualquier ola de calor y párpados grasos. De hecho, es la única sombra en crema que puedo usar sin preocuparme por los pliegues y la tengo en varios colores. Por otro lado, el lápiz de ojos Teddy de Mac se está convirtiendo en uno de mis favoritos. Se trata de un color marrón oscuro-bronce que da mucha definición a la mirada, pero que a la vez tiene unos destellos dorados preciosos y me parece un indispensable para los looks diarios.
Siguiendo con el tema de los ojos, estoy usando mucho dos sombras individuales en polvo: la Brulee de Wet 'n wild, un tono hueso perfecto para el arco de la ceja que además solo cuesta dos euros. Para marcar la cuenca, estoy usando una sombra individual de Mac que me vino incluída en un pack. Se trata del tono Lyrical, un color grisáceo no muy pigmentado que, sin embargo, resulta estupenda para esa función. Cuando la recibí me pareció un color bastante decepcionante pero, pese a ello, me resulta una sombra perfecta que uso casi todos los días. Por último, para iluminar el lagrimal uso la sombra Infallible de L'Oreal en el tono Hourglass beige, un tono blanquecino perlado que ilumina muchísimo la mirada y borra el cansancio de los ojos.
En cuanto a los correctores, para la zona de la ojera estoy usando el Instant concealer de Clarins en el tono 2, un tono ligeramente asalmonado que contrarresta el azul de las ojeras y tiene una textura muy ligera y agradable. Para cualquier imperfección en la cara, recurro al Studio finish concealer de Mac en el tono NW20, un corrector en crema muy cubriente y que aguanta muy bien en la piel, con una textura algo más pesada que el de Clarins.
En cuanto a mis perfumes de verano, hay dos que me están encantando. Por un lado, Light blue de Dolce & Gabbana, una eau de toilette floral frutal que para mí huele a verano. La única pega es que dura muy poco en la piel (tiene una versión más intensa que también he comprado) pero el olor me cautiva: las notas de salida son cítricas, de limón de Sicilia, manzana Granny Smith y jacintos silvestres; el corazón es de jazmín, bambú y rosa blanca y el fondo de madera de cedro, ámbar y almizcle.
Por otro lado, me encanta Rive gauche de Yves Saint Laurent, un perfume con notas de salidda de aldehídos, madreselva, melocotón, bergamota y limón. El corazón está compuesto por magnolia, iris, gardenia, jazmín, ylang-ylang, gerano y rosa y el fondo es de sándalo, haba tonka, almizcle, ámbar, vetiver de Tahití y musgo de roble. Es un perfume clásico y muy particular que, en mi caso, perdura mucho en la piel.
Si estáis interesados por la historia de perfumes clásicos como este último, os dejo con un vídeo de Camino con Allure que me encanta en el que describe con mucho detalle varios perfumes icónicos y cómo fueron creados. Seguro que aprendéis muchas cosas.
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