En esta entrada os voy a dar mi opinión de una máscara de pestañas de gama alta: The shock de la marca Yves Saint Laurent. Ahora mismo podéis encontrarla en Primor por 18,60 euros (aunque marca como precio estándar 31 euros). Yo la tengo desde hace bastante tiempo, aunque no la había abierto hasta hace unas semanas, así que no recuerdo exactamente cuánto me costó cuando la compré.
Como siempre el aspecto de estos productos de gama alta es bastante lujoso: desde la caja de cartón en tono dorado característica de la marca hasta el diseño del propio rimel. Se trata de una máscara con un cepillo de fibras de nylon en forma de reloj de arena. El cepillo de esta máscara de pestañas me gusta mucho. Según la descripción de la marca proporciona un volumen extremo y una mirada intensa. Además, la curva interior del gupillón permite mayor concentración de fórmula en el cepillo, creando pestañas dramáticas, oscuras e intensas.
Es cierto que la máscara proporciona mucho volumen a las pestañas y las deja muy negras y bien curvadas, pero en mi opinión el cepillo se carga con demasiado producto, por lo que es necesario limpiarlo muy bien antes de aplicarlo. De lo contrario acabaríamos con pestañas apelotonadas, con un look de "patas de araña".
En la foto de la derecha se puede ver bastante bien el efecto que deja este producto aplicado sobre las pestañas. En el ojo derecho, las pestañas se ven mucho más negras, curvadas y con mucho más volumen que en el lado izquierdo.
No obstante, como ya os comentaba, en esta foto podéis ver la cantidad de producto que queda en la boquilla del tubo una vez que limpio bien el gupillón antes de aplicar la máscara de pestañas. Para mí este paso es imprescindible, ya que si no el producto se extiende a pegotones que, en algunos casos, son de un tamaño que molestan incluso para la visión del ojo.
Por todo esto, The Shock es una máscara de pestañas muy cara, que deja un efecto bonito en las pestañas pero que hay que trabajar muy bien para evitar que las pestañas se apelotonen entre sí y que resulte incómoda de llevar.
En definitiva, es un producto que no volveré a comprar cuando lo gaste. Me gusta el resultado final pero considero que hay que trabajar mucho para conseguir ese efecto (no es una máscara recomendada para las que se maquillen por la mañana con prisa) y, dado su precio, esto me parece bastante imperdonable. Algo similar sucede con la máscara de pestañas I love extreme de Essence, pero en ese caso estamos hablando de un producto que no llega a los cuatro euros. En cualquier caso, seguiré usándola y os mantendré informados si la fórmula va cambiando con el transcurso del tiempo.
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